Exposición de los complementos que componen el traje típico de Huéscar

       Como ya sabemos se aproximan las
fechas de las fiestas patronales de Huéscar, en honor a nuestras Santas
Patronas Alodía y Nunilón. Fiestas en las que los Oscenses salen a la
calle a lucir el traje típico de Huéscar.

Desde muy antiguo los trajes típicos de Huéscar, se utilizaban para las fiestas locales, bodas, fiestas de
Navidad, así como en bailes donde participaban hombres y mujeres,
jóvenes y mayores.
Se exponen los componentes del traje típico que ha sido recogido por el
archivo municipal del Ayuntamiento de Huéscar y que fué mecanografiado
en el año 1991.

El
traje típico del hombre consta de:

– Camisa:
Es blanca, puede llevar adornada la pechera con encajes y jaretas.

Chaleco:
De tela brocada en negro, verde o azul, con botones plata y la
espalda lisa.

– Pantalón:
De color negro, largo a media pierna, abierto por los laterales con
ojales y gemelos plateados.

– Faja: De
color verde, azul, roja, etc.; colocada encima de la camisa y del
pantalón, rodeando la cintura.

– Calcetas:
Son de algodón y en color blanco.

– Alpargatas:
Suela de cáñamo, cara de lona blanca, cerrada, cubriendo medio pie
y con puntera también blanca.
El
traje típico de la mujer consta de:
– Pelo:
Recogido con un moño bajo. Se adorna lateralmente con flores.

– Armilla:
En la parte superior del cuerpo de la mujer se pone una especie de
blusa, llamada armilla, de tela brocada de cualquier color, y con las
llamadas “mangas de jamón”; consisten en una manga larga y unos
cortes en el brazo para darle vuelo, terminando en la muñeca con
unas puntillas de bolillo, jaretilla o bordado. El cuerpo de esta
blusa es entallado con unos cortadillos en la espalda y delanteros,
cuello a la caja acompañado de unas puntillas, bien del mismo color
de la tela o de otro color con unos botones de azabache en la
pechera, iguales a los de los puños.

– Pañuelo:
De lana estampada, pasado por los hombros y viniendo a terminar las
puntas tirantes en el talle de la mujer.

– Refajo:
Es de tejido de lana en cualquier color y enriquecido con bordados a
mano o sobrepuestos también en lanas de distintos colores. Debe ser
llevado a media pierna.

– Delantal o
mandil:
Es pequeño, redondeado, de telas finas, bordado con
aplicaciones de pedrería, o bien a mano con sedas y ultimando el
perfil del delantal con unos encajes de bolillo, ceñido alrededor de
la cintura terminando en la espalda anudado con lanzada.

– Puchos o
zaragüelles:
Son de tela blanca (batista o algodón),
adornados de jaretas y entredós, sujetos a la cintura y atados a
media pierna con unas cintas de raso o seda.

– Enaguas:
Son de tela blanca vaporosa (de lienzo, hilo o batista) rizadas desde
la cintura, terminando el largo a media pierna, adornada de jaretas,
entredós y puntillas, o bien tiras bordadas con ricos encajes o
jaretas.

– Medias o
calcetas:
De algodón, muy trabajadas a mano, en punto de
garbancillo o toda clase de calados. También con listas.

– Faltriquera:
Bolsa que llevan las mujeres atada a la cintura, en donde guardan sus
valores. Puede ser lisa o adornada (bordada).

– Alpargatas:
De color blanco, con suela de cáñamo y la parte superior de lona
con cara redonda y puntera como adorno y refuerzo.

Como muestra de ello exponemos una fotografía del Coro Rociero «Aires de Jubrena» ataviados con el traje típico de Huéscar.
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Bibliografía:

– Álvarez Corbalán,
Soledad.

– Trabajo de Campo.